La locura
Él vivió una
inestabilidad.
Ningún más largo
creyó que después de que décadas pudieran tener tal una conducta inconsecuente.
¿Pero quién el uno puede decir lo que es y el uno eso que inconsecuente no es?
¿Quién puede prever con la seguridad el futuro? ¡Es eso! ¡Para prever el
futuro! Porque his/her que entiende del es consecuente, aplicado de inconteste
de la manera, sólo puede hacerse, en qué he/she se refiere al asunto en el
asunto, con la base en la magia de decir eso serán del futuro.
Él supo que no creyó
en el his/her la propia teoría. He/she no creyó. El pensamiento que acompañó el
him/her los pensamientos, en las primeras visiones del aclaramiento del día, el
him/her condenado.
Él supo que es más
fácil vivir con la falta cuando no se tiene los acusadores. Cuando la justicia
no existe. Cuando el modelo no existe ninguno de colección. ¡Pero hay! En el
his/her encabece había un palacio de justicia instituido. Él fue condenado
todos los días. No había ninguna defensa para el caso del his/her.
Un corredor oscuro
esperó el him/her. UNA célula fría donde inmóvil pudiera oír el his/her los
últimos pensamientos de último ocupante.
El vislumbre de tal
un fin se disimuló por la presencia física de falta del his/her.
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